domingo, 3 de agosto de 2008

2. El Exodo

Conocí por la tele a Rex Humbard a finales de los 70 o principios de los años 80. Yo bordeaba los 7 u 8 años. Su programa lo emitían el domingo, en la mañana (antes de las 10 horas), por TVN, después venía el Club PTL –pero lo de PTL que suena a marca de mostaza vendrá más adelante-.Mis abuelos tostaban pan mientras seguían por la Crown al gringo impecable que tenía una insoportable cara de gringo (cara de papa). Puedo compararlo ahora con un Elvis Presley más delgado que del concierto en Hawaii. Debió existir un criterio estético en la producción del programa para hacer parecer a Rex con Elvis. Rex el telepredicador pop o algo si.
Si se hila más fino el gringo también calzaría justo en un traje de milico nazi de la Segunda Guerra Mundial. Un milico nazi de Treblinka, que es lo mismo que decir Auschwitz. En esa época el gobierno de Pinochet no le puso traba al auge de los telepredicadores ni menos al crecimiento de los evangélicos. Tal vez Pinochet o más bien sus asesores sabían de que ambos podían resultar buenos aliados. El evangelio -o los evangélicos- según Pinochet tranquilizaba o narcotizaba a la masa y desviaba la atención, mientras ellos, los milicos, los perlas, podían actuar en su cruzada anticomunista(marxistas) con impunidad. Tal vez todo fue una treta del Mamo Contreras -el Mamo está en Wikipedia-.
La Iglesia Católica, en ese momento, no contaba con mucha simpatía de la junta por el naciente trabajo de la Vicaría de la Solidaridad.
Volvamos al pan tostado mañanero, a la mantequilla holandesa y al vaso de leche Nido. Los domingos comenzaban con Rex Humbard y su familia, todos sonrientes –según las fotos del disco- y sus nietos. A mi me gustaba una de sus nietas, la de pecas en el rostro. Se me paraba el gualalo. Siempre me gustaron las mujeres pecosas. Mejor las con tetas pecosas. El disco llegó a la casa por correo. No recuerdo haberlo escuchado, pero si vi a mi abuelo frente al toca disco, en el living. El compraba y disfrutaba de esas cosas.
El afiche de Rex y su familia feliz se distribuyó por todo Antofagasta. Según el Google fue en 1978 cuando Rex -no el Tiranosaurio, aclaro- realizó una gira. Google puede estar equivocado, pero hay poca información de Rex en Chile, en la red. Si encontré un interesante reportaje del diario progresista La Nación, denominado “cultura canuta”, que llega a ciertas conclusiones en el punto de vista económico algo semejantes a este blog, pero como dije, al principio: esto es autobiográfico.
Mi primera experiencia con un evento masivo debió ser con Rex o el Chavo del 8. Con mis abuelos fui a ver a Rex y con mi madre al Chavo del 8, o algo así. De ambos tengo el sabor al dulce de un chupete o maní confitado. Entiendo que escuché en la tribuna Pacífico del Estadio Regional de Antofagasta la soberana lata de la predica, que debe haber sido traducida por algún cubano anticomunista de Miami. Supongo que me sorprendió más el Chavo y su: no contaban con mi astucia, chamfle, chamfe...
En aquellos días mi tío pastor era un joven canuto que pasaba sus días en Estados Unidos, de la mano de un pastor de apellido Raus, cuyo ministerio estaba en el sur de Estados Unidos (por las Carolinas). Raus no votaría por Obama, aunque realmente no sé si Raus está ahora vivo o muerto. Pero pensemos que está vivo, por gracia y obra de Dios, diría mi tío, y agregaría: ese hombre salvará a cientos de almas. Raus fue el maestro de mi tío Augusto, el mentor. Mi padre, un exiliado político, después me dijo que pensaba que mi tío recibía instrucciones de la CIA. Con la guerra de fría de por medio y la guerra sucia en Chile, uno nunca sabía bien con quien realmente estaba tratando. Mi padre, en ese momento, recibía instrucciones de los cubanos -pero de Cuba-. Mis abuelos quedaron orgullosos de mi tío pues apareció en un diario de circulación canuta en Estados Unidos. El diario estaba en inglés y mi tío aparecía sobre una bicicleta. Todo por obra del padrino Raus. Raus es un gringo Wasp -buscar en Google que es un Wasp-. Mi tío fue bueno conmigo, aunque cuando niños todos son buenos con uno. Para ellos ahora debo ser como el ángel Lucifer, que se separó de Dios. Cuando llegó de Estados Unidos, me trajo un camioncito de Coca Cola, un polo donde aparecía un Oso de Alaska y unas diapositivas de Disney. Toribio, mi otro tío, lo molestaba por su acento cubano.

No hay comentarios: